LAS TRIBULACIONES DE MARIANO EL SOBRIO.

Mariano está nervioso, muy nervioso e inquieto, encoge más que nunca el labio superior y eso no es buena señal. Por mucho que le ovacionen sus discípulos en el Congreso por la "victoria", él, que en el fondo no es tan bobo como parece, ve nubarrones negros por todas partes. Si quiere mantener Navarra tiene que, cuando menos, disculparse por la sarta de insultos, descalificaciones, injurias, manifestaciones rojigualdas, etc., que ha vertido él y su cofradía contra el P.S.O.E. en general y contra el Presidente del Gobierno en particular. Hoy ha dicho, el muy rufián, que tanto el P.P. como el Partido Socialista comparten el mismo modelo de Estado, cuando hace bien poco mantenía que lo que hacía Zapatero era la disolución del Estado y la entrega de Navarra a los terroristas. De todas formas me da a mí que el modelo de Estado que quieren unos y otros no es el mismo. El P.P. ha apostado en esta legislatura por el inmovilismo del modelo autonómico, salvo en algunas comunidades en las que gobernaban, claro, que todo depende del ángulo y de la óptica. Mientras, Zapatero, a mi modo de ver, no acaba de tenerlo claro y si lo tiene no muestra sus cartas. ¿Querrá un estado federal?. Desde luego con las reformas estatutarias de urgencia de estos años el modelo no queda cerrado. Y creo que ese es el sino de esta piel de toro, no saber lo que es o lo que quiere ser desde que era provincia romana, hasta el infinito y más allá, pues siempre habrá alguien dispuesto a tirar de la cuerda. Bueno, podría decirse que éste de Navarra es el mayor brete en el que se ve Mariano, después de haber arrasado en Valencia y Madrid, y de haber mantenido ayuntamientos con sus corruptos procesados y todo, como si tal cosa. Y es que hay partes de pueblo donde sienten adicción a los caciques, roben o no, mientras repartan migajas. El problema gordo le ha salido en Madrid, más que nada en la alcaldía, donde decidieron esconder al incómodo empollón de las gafas que, a las primeras de cambio, decía una "rojada" o pedía su trozito de pastel. Resulta que Madrid no lo ha ganado Rajoy, y él lo sabe, lo ha ganado Gallardón "El Soterrado" (como me gusta poner "motes") y ahora, desempañadas las gafas tras lo de la revista que le enseñó Sebastián "El Descalabrado", el niño saca pecho y hace valer sus méritos. Mariano mira de reojo, a un lado y al otro, pues se acuerda de Julio César, y dice que en su partido hay más gente brillante. Hombre, Zaplana está lustroso, no sé si de rayos UVA o del sol de Terra Mítica, pero desde que Camps le plantó cara, como que sonríe más de medio lado, como extreñido y está perdiendo galanura para desfilar en Moros y Cristianos. Acebes podrá ser un tipo aseadito, pero de ahí a decir brillante va mucho. Sigue tartamudeando, y el poco brillo que tenía lo perdió en las ruedas de prensa posteriores a la masacre, aunque incomprensiblemente haya seguido soltando sapos y salamandras por esa boquita de yema de Santa Teresa. Mariano sabe que Gallardón tiene tirón, no en el Fondo Ultra, claro está, pero vende bien el producto. Podría ser un buen segundo pero ¿está garantizado que respetará la disciplina de equipo y no intentará subir a lo más alto del "cajón"?. Mariano qué mal te veo. Te veo inquieto, Mariano. Si no fuera por la "democracia interna" de tu partido, consistente en dinastías sucesorias más que en congresos, y que al insigne orador nunca le gustó el chico de gafas, por mucho que le diera la concejalía a la apellidada como José Bonaparte. Qué habilidad para los juegos de palabras.

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