REPUBLICANISMO DE TOMATINA

Que el debate sobre la permanencia de la Monarquía aflore en los medios con fuerza debería llenarme de satisfacción pero, increíblemente no lo hace.

Que se cuestione las funciones de la institución, los gastos que genera y el déficit democrático de la misma está bien, es sano y por esa vía se puede llegar al objetivo, ahora bien, no me pida nadie que considere a Roura un mártir del republicanismo porque no lo es, no es más que un “ultra” catalanista exacerbado cuya prioridad es la independencia de eso que llaman “Paisos” y sus méritos se limitan a ser un incendiario de retratos invertidos y un borrokilla de butifarra revenida, al igual que los vociferantes esquerristas juveniles que en la “Diada”, entre sus gritos ofensivos soltaban perlas como “Gora ETA” y otras lindezas que definen al borrego que las pronuncia.

Los actos de apoyo al energúmeno de la antorcha se quedan en eso, en quema de fotocopias marginal y griterío de pequeña turba cuyas pretensiones son unos supuestos derechos históricos sacados de no sé qué historia, la misma que cuenta el presidente del “Barça”, y una selección catalana de fútbol que tendría que ser, en caso de llegar a buen término, en el contexto de una liga propia, fuera de la española, tan contaminante ella, aunque es posible que la financiación de los clubes autóctonos sufriera desmejora al carecer de las cuantías que generan derechos audiovisuales, publicidades y merchandising en la liga estatal. Es posible que Ronaldinho acabara fichando por un equipo español que pudiera mantener su caché.

Pero dejemos el fútbol aparte, que nunca me entusiasmó el pan y circo, y vayamos al tema que nos ocupa.

Por otra parte está el tema de la bandera. Ver ondear la tricolor en los edificios oficiales, en todos los que corresponda, sería para mí un sueño cumplido, como buen republicano, pero no creo que los actos de sustituir a la fuerza la actual sean tampoco legítimos. Por qué, porque la actual bandera es una bandera consensuada por todas las formaciones políticas que hicieron la transición y es la legal y Constitucional y, mientras las cosas no cambien como deben de cambiar, es decir, democráticamente, la rojigüalda es la legal y la que nos representa a todos, además de anterior a Franco, que hay quien piensa que fue él el que la inventó. Habrá quien diga que la transición se hizo mal, que es una herencia del franquismo, etc., etc., y, en algunos aspectos, puede que tenga razón, pero vivimos en democracia, imperfecta, como no, gracias a la voluntad de todas las tendencias políticas que hicieron cesiones a favor del consenso.

Los desbarres de Anasagasti, que cuando toma txikitos desmelena el artesano tupé eructando descalificaciones personales, pues tampoco me entusiasman, por una razón, se puede deslegitimar la Institución pero el insulto enturbia la idea. Llamar vago a un Rey, como ya dije en su día, no deja de ser una redundancia pues va en el cargo, y reprochar al yerno vasco el no haber puesto a sus niños un nombre “Euskériko” pues me parece una gilipollez, cada uno pone a sus niños el nombre que le apetece, sea “euskérico”, hispano, latino o en cirílico, como si le quiere llamar Kevin Costner de Jesús, lo cual sería una horterada imperdonable.

Lo que ya me indigna, me solivianta por completo y me enerva es que en los tiempos que corren se hable de estas cosas en programas del corazón, metiendo en el mismo gazpacho el modelo de estado que los líos de la Pantoja. Programas que cuentan con tertulianos de la talla intelectual de Mila Ximénez, Jimmy Jiménez Arnau, Sáez de Ynestrillas (el cocainómano vengador), etc. y otros periodistillas de la cosa de la casquería y la jodienda famosil.

Saquemos el debate a la calle, reivindiquemos el republicanismo a pesar de su más que probable lejanía, pero seamos serios y vayamos al fondo de la cuestión manteniendo las formas que lo bien hecho bien parece. Introduzcamos el debate en la clase política, dejando aparte a Carod Rovira que su debate es otro, y quizá se pueda forzar el cambio razonable y tranquilo hacia una República de todos y para todos.

Sin rencores, hogueras ni guillotinas que luego queda todo perdido.

1 comentario :

Un Oyente de Federico dijo...

Entiendo su indignación, pero es lo que hay. Son los referentes de que dispone la cultura española.
También se mentó a La Pantoja en su blog cuando hice el comentario de que a mi hija la policía la había torturado y hecho pasar la noche en los calabozos de Moratalaz, por una “falta” ni siquiera era delito la acusación.

Mientras, a ver si les convencen, Uds los republicanos, a los suecos de lo mal que están con su monarquía.