SILENCIO, MARCEAU.

Yo, que como ustedes saben soy bastante payasete, en la flor de mi juventud tuve la ocasión de pintarme la cara de blanco y subirme a un escenario. Eramos un grupo ilusionado que se enriquecía viendo al público reir pues lo más que ganamos fue una ración de huevos al plato. Nada que se acerque, salvo la intención, que era buena, a las genialidades de este ser que hoy nos ha dejado silenciosamente, como siempre. Alguien que decía todo sin decir una palabra. Al contrario de muchos a los que tenemos que padecer, que dicen muchas palabras sin decir absolutamente nada. Y sí, también me incluyo yo, que una mala tarde la tiene cualquiera. Cada vez que muere alguien como él me queda cierto regusto a orfandad.

1 comentario :

Un Oyente de Federico dijo...

En una película de Jerry Lewis, “El Botones (1960)” aparece M. Marceau y es el único que habla en toda la película.

Otro judio genial.