CIEN DÍAS

Cien días que bien podrían ser mil, pues estos cien pasaron despacio, muy desacelerados, casi frenados, a trancas y barrancas, pero, eso sí, sin crisis.
Cien días de "igualdaz" en el optimismo congénito que nos contagia Z en sus congresos positivos, donde se vota a quien hay que votar pues Z es el que sabe y gana las elecciones. A la vez arrasan por Europa nuestras selecciones y todas las izquierdas, las derechas y los centros se rojigualdizan tras San Iker y el resto del santoral balompedístico, inundando de banderas las fuentes y las avenidas, pero sin los odios, los frentismos y los rencores de las macromanifestaciones de otras legislaturas, las manifestaciones aquellas de la "gente decente".
Cien días en los que cayó la cúpula etarra, que sigue haciendo campaña veraniega, pero, de momento, a pocos kilómetros de casa, que también en lo de la "lucha" se tienen que notar las desaceleraciones.
Cien días con manifiestos y contramanifiestos en apoyo de la lengua, o de las lenguas, que de lenguaraces anda España llena.
Cien días y un PSC más catalanista, casi de Esquerra, para rebañar votos a Josep Lluis aquí y en la China Popular, y si quiere usted montar un "Tablao" en Las Ramblas, no se olvide de rotular "Tablat", que la inmersión aprieta y quizá ahogue, y si quiere nombrarlo en lengua original, váyase a Nueva York o a Tokio, que allí sí dejan.
Cien días con Ibarretxe en consulta suspendida, sacando el moquero ante todo el que quiera oírle, y su consejero de Justicia, qué cosas, ofendido por las acciones contra el patrimonio de De Juana.
Cien días en los que Mariano bastante tuvo con su tropa como para meterse en berenjenales.
Cien días de laicismo con anuncio de visita papal y jornadas juveniles de las de guitarra y canción. "Yá están pisando nuestros pieeeesssss, tus umbrales, Jerusaleeeeeeeem..."
Cien días con el índice arqueado sobre la ceja, enfocando las tétricas pateras en las que se mecen niños muertos y donde la igualdaz no salva a las mujeres de la sangrienta cacería diaria.
Cien días con millonarios, forrados a ladrillazos, suspendiendo pagos y despidiendo obreros, que no están las cosas para perder millones ni cuentas en las Caimán.
Quizá no basten cien días para evaluar, por muy lentos que éstos vayan, pues todo es relativo, como decía Einstein, y el tiempo, y el espacio, a velocidad inusual, se ve, se vive y se sufre de otra manera.
 

1 comentario :

Un Oyente de Federico dijo...

Acostumbrados a que el gobierno de Zapatero nos meara y “El País” dijera que estaba lloviendo, este cambio editorial del diario sólo se puede explicar por dos posibles causa:
1— Al director de PRISA se le apareció La Virgen y le habló de la conversión de Rusia.
2— A las TVs de PRISA no les han dado los derechos del futbol televisado.