DONDE LAS DAN...

La mujer de De Juana acusa a EL MUNDO de «acoso» y «linchamiento»

 

La mujer del asesino José Ignacio de Juana Chaos, Irati Aranzabal, señala hoy a EL MUNDO desde las páginas del diario abertzale Gara como responsable del «acoso», las «amenazas» y de los «seguimientos policiales» que dice estar sufriendo la pareja tras la excarcelación del terrorista el pasado 2 de agosto. Aranzabal, en un extenso artículo de opinión titulado Unos señalan y otros... -está escrito en castellano para que, según puntualiza, «la traducción no sea alterada por esos medios de comunicación manipuladores»- acusa a este periódico, al que no llega a citar por su nombre, de haber abierto un «auténtico linchamiento» contra su marido y contra ella. «Como sabemos, y ellos mismos acostumbran repetir, pues conocen bien sus técnicas, unos marcan los objetivos y otros materializan las agresiones», afirma Aranzabal. «El 'trabajo' de esos denominados periodistas allanó el terreno para aumentar el acoso y los seguimientos policiales que padecía desde hacía meses. Los continuos daños intencionados en mi automóvil. Las sucesivas amenazas escritas y telefónicas a cualquier hora del día y de la noche. Las pintadas amenazantes [...]. El inicio de un procedimiento de embargo sobre mi vivienda, que recuerda la práctica del Estado de Israel, en las zonas ocupadas de Palestina, de demoler las viviendas familiares». EL MUNDO en portada.

 

Qué difícil se hace vivir bajo amenaza, perseguido, acosado.

Ser víctima de un linchamiento, verbal primero, y material cuando se tercie, es inhumano, es cierto.

Sentirse o presumirse vigilado y seguido es bastante enervante. Mirar a cada poco hacia atrás, no saber qué encuentro tendrás al volver una esquina cualquiera, etc., no es fácil de llevar.

Cuan verdad es que unos marcan los objetivos y otros materializan las agresiones.

Sufrir daños en tus bienes puede llegar a hacerse insufrible, recibir amenazas escritas o telefónicas o en carteles por las calles también es duro.

Las pintadas amenazantes, aunque lleguen a ser asumidas, siempre dejan un regusto amargo.

¿Entiendes ahora, Irati, a los demás, a los del otro lado?.

Lo dudo. Vuestra hipocresía, sectarismo dogmático y vuestra desvergüenza hijoputesca no conoce la empatía.

Pero no te alarmes, no estás en Palestina y ningún ejército te va a demoler la casa. Quizá, con suerte y una pizca de justicia, como mucho, sirva el inmueble para pagar una ínfima parte de las deudas del cerdo de tu marido.

Y es cierto que os duele, porque pagar las deudas es sólo cosa de gente honrada.

No sé por qué, o quizá sí, pero vuestro sufrimiento, por nimio que sea, me alivia, me reconforta, a nivel emocional, claro está. Es como una especie de instinto natural, una compulsión que sufro sin remordimiento alguno.

Eso sí, empieza a hastiarme tanto titular en vuestro honor. 

 

1 comentario :

Un Oyente de Federico dijo...

“En todas partes cuecen habas”, Don Filo.
Este especimen, apenas pasaría un par de años de carcel en Israel.

El y una docena como el o peores, al poco de ingresar en prisión, sería intercambiado con Hamas o con Hezbola por un par de cadáveres de soldados israelís.
Aquí al menos ha cumplido 9 meses de prisión por cada guardia civil asesinado por el.

Lo que no cambiaría, serían lo que aplauden a estos sujetos. Siempre son los mismos.