LAS PRIORIDADES DE RUBALCABA

La estadística, la vara de medir, la balanza en la que se compara el rendimiento, suele convertirse en una trampa cuando se desvirtua su objetivo primordial.
Eso ocurre en todas las empresas y entidades públicas y privadas y los datos, a la hora de vender una gestión, suelen estar sometidos a todo tipo de maquillaje o manipulación.
El problema es cuando lo que se pretende medir es la seguridad pública, directamente relaccionada con los derechos fundamentales, y la efectividad de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
La nota que se ha filtrado de la comisaría de Vallecas en Madrid no dice nada nuevo. La novedad es que tenga un reflejo escrito, craso error para el responsable de la misma, que ha dejado a Rubalcaba en el brete de explicar, bueno, más bien despistar hablando de malentendidos o malas interpretaciones, si existe o no ese cupo de detenciones de extranjeros ilegales.
Como ustedes comprenderán a mí no me sorprende ni me tiro de los pelos. ¿Por qué?. Porque el Señor Ministro, como todos los ministros, lo que vende son datos. Esa es la prioridad y no otra. Los datos se los exige a los mandos policiales, comisarios generales y jefes superiores de policía. Éstos, a su vez, presionan a los jefes de las distintas unidades para que los datos afloren y haya sustanciosos resultados y estos jefes, como no podía ser de otra forma, presionan a los que patean las calles para que engrosen los libros de detenidos, identificados, sustancias intervenidas, etc.
Esta presión, hasta la fecha, era más sutil, era verbal, y se ejercía moviendo los sillones de los responsables y éstos amenazando con cambios de puesto de trabajo a sus subordinados.
Cómo me acuerdo de cierto impreso que había que llevar encima antes de empezar la jornada y que había que devolver lleno de filiaciones tomadas por las calles de Madrid si no querías tener más de una incomodidad.
Es evidente que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad tienen que tener efectividad y esa efectividad, como es natural, debe reflejarse en una estadística, con un cumplimiento de unos objetivos, pero, el problema es que siempre se acaba tirando por la calle de enmedio y, para vender cifras, se hacen identificaciones a destajo y sin criterio y, en el caso que nos ocupa, se engrosan las detenciones de inmigrantes sin papeles.
Da igual si el inmigrante es inexpusable por indocumentable o si no hay tratado de repatriación, el caso es que cuente el "palote" en la estadística mensual. ¿Una aberración?, por supuesto, aparte de una inutilidad, pero, por lo que puedo conocer del asunto, ningún partido político ha cambiado esta dinámica.
Hubo inventos, como aquellos de las motos que ahora se pudren en muchos garages, del Señor Cotino que quiso convertir la Policía en una especie de gran empresa privada con gestión puramente empresarial. Otros inventos siempre acababan en los mismo. Estadística, estadística y más estadística.
Y tienen que entender que, para quien está sentado en un asiento de piel, con la foto de Juan Carlos detrás, lo de los derechos fundamentales es secundario porque, si se vulneran, si un patrullero hace una detención de dudosa legalidad, será él quién se tenga que entender con un Juez que no citará, ni por asomo, a sus mandos naturales y, mucho menos, a los cargos políticos que ejercen la presión para obtener datos para comparecencias parlamentarias y ruedas de prensa triunfales, a pesar de encontrarse la institución en pleno conflicto colectivo por los sangrantes agravios con las policías autonómicas, las de esas comunidades cuyos gobernantes pueden apoyar o no iniciativas parlamentarias, presupuestos, etc.

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