NUEVOS TIEMPOS


Viendo que, a la menor oportunidad, sigue habiendo gente encantada de conocerme, loca por que me den tras las orejas cual conejo pascual, a lo cual, a pesar de mi vocación suicida, no estoy dispuesto aún, pues sería del género tonto o el más tonto de género, pues uno acata y se modera.
Porque uno es quién es; representa lo que representa y no puede permitirse ciertos lujos expresivos, muy a su pesar;  elimina ciertos vómitos que, si bien fueron terapéuticos en su día, quizá estén un poco desfasados en la actualidad habiendo cambiado el contexto en el que se produjeron.
Porque reconozco mis errores, mis excesos y la tendencia al exabrupto; que siempre fue a las claras, sin susurros a oído ninguno; es por lo que cambio la tendencia y asedo las opiniones mientras se me permita seguir opinando.
Lo siento por mis pocos fieles y doy gusto a algún visitante furtivo y silencioso que, no usando nunca estos foros, bien daba cuenta a quién corresponde de mis desvaríos.
He intentado siempre que todos estos desvaríos fueran considerados personales, ajenos a cualquier otra actividad, pero no ha sido posible y todo se mezcla contaminando intenciones, lo cual, lo reconozco, debí haber tenido en cuenta con anterioridad.
No se crean, sigo siendo el mismo, más viejo si quieren y, por ende, más sosegado, pero el mismo.
Seguiré escribiendo por estos lares y por los poéticos, donde me recreo en la metáfora terapéutica, pero aquí, en este acto solemne, cambio la línea editorial por mor de la salud pública.
Va por ustedes.

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